Son un poco tontos y no saben maullar. Pero hay que reconocer que hacen unsa cosas maravillosas con las manos. Purrrrrrr..... A mi me gusta por las mañanas agredecerles sus atenciones y de paso marcarlos por si se pierden, que aunque sean esclavos hay que tratarlos bien:
Si te decides ha ser mi esclavo prometo tratarte igual o mejor que a estos temporales que tengo ahora.
lunes, 28 de diciembre de 2009
jueves, 17 de diciembre de 2009
¡¡ Nieva !!
Es la primera vez que veo nevar y me lo he pasado pipa.
Cuando nos hemos levantado al asomarnos por la ventana estaba todo blanco y hemos empezado a llorar todos a la vez para que nos dejansen salir a ver que era eso blanco que lo cubría todo. Estaba frio y húmedo, pero aun así nos lo hemos pasado en grande pisando la nieve.
Por cierto, sigo buscando un esclavo con una casa definitiva para mi.
Cuando nos hemos levantado al asomarnos por la ventana estaba todo blanco y hemos empezado a llorar todos a la vez para que nos dejansen salir a ver que era eso blanco que lo cubría todo. Estaba frio y húmedo, pero aun así nos lo hemos pasado en grande pisando la nieve.
Por cierto, sigo buscando un esclavo con una casa definitiva para mi.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Ya me dejan salir
¡¡¡ Ya estoy conviviendo con los otros gatos !!!
Por fin me libré de esa habitación. Aunque todavía vuelvo allí para comer y beber ya me dejan salir por toda la casa. Al principio solo me dejaban por el día y a ratillos, pero ahora ya incluso me dejan dormir en una cama llena de esclavos y de los otros gatos.
Os voy a presentar a mis compañeros:
El de arriba es Nueve. Es el más mayor y el jefe de la casa. Siempre está arriba vigilándonos para que no rompamos nada y es el encargado de guardar la casa y poner orden. Aunque le veas con un poco de barrigita está muy ágil y corre como una bala. El del medio es mi mejor amigo, Paco. Al principio me gruñía mucho y me decía que me fuera a mi casa, pero ahora nos llevamos muy bien. Es un poco llorica y tiene la misma voz que Woody Allen cuando le doblan al castellano. Paco y yo jugamos todo el rato y a mi me encanta hacerle rabiar porque protesta mucho aunque se que en el fondo le gusta porque siempre vuelve a jugar más. Estamos casi todo el día juntos. La de abajo es Nata, es con la que menos trato tengo porque aunque está muy buena y tiene un pelo precioso es un poco antipática. La gusta mucho la leche y dormir en los sitios calentitos. A veces jugamos todos juntos a correr por el pasillo y nos hechamos unas risas con Nata porque con esas patitas peludas va derrapando por todos lados. Aquí os pongo unas fotos de mis compis:
Mis esclavos son un poco tontos, pero creo que con paciencia les podré educar. Para empezar tienen la manía de ponerse a leer cuando se van a la cama cuando todo el mundo sabe que en las camas hay que jugar por lo menos durante una hora. Al final hemos llegado a un acuerdo para que juguemos durante 10 minutos y luego ya se pongan a leer. Por cierto, que dormir en la cama con esclavos humanos mola mucho, os recomiendo que lo probéis. Nueve y Paco también duermen con los esclavos así que estamos un poco apretados, pero calentitos.
Otra cosa que no saben hacer estos esclavos son las camas, no se molestan en quitar las arrugas así que me tengo que encargar yo de meterme debajo del edredón a quitar las arrugas de las sábanas. A veces me quedo dormido debajo del edredón y cuando me despierto ya son las doce.
Mis esclavos me llaman oreja gurrimía. No tengo ni idea de porque, dicen que tengo una rajita en la oreja pero yo no me lo he visto. Por cierto, he descubierto otra cosa mágica: los espejos. Son como las ventanas pero con gatos al otro lado, y tambien tienen campos de fuerza porque si los intentas atravesar duele. Lo más curioso de los espejos es que si los intentas rodear para ver a los gatos que hay al otro lado nunca los encuentras.
Pues nada, os dejo con unas foto mías en mi nueva casa de acogida. No está mal, pero yo tengo ganas de tener una casa definitiva.
Por fin me libré de esa habitación. Aunque todavía vuelvo allí para comer y beber ya me dejan salir por toda la casa. Al principio solo me dejaban por el día y a ratillos, pero ahora ya incluso me dejan dormir en una cama llena de esclavos y de los otros gatos.
Os voy a presentar a mis compañeros:
El de arriba es Nueve. Es el más mayor y el jefe de la casa. Siempre está arriba vigilándonos para que no rompamos nada y es el encargado de guardar la casa y poner orden. Aunque le veas con un poco de barrigita está muy ágil y corre como una bala. El del medio es mi mejor amigo, Paco. Al principio me gruñía mucho y me decía que me fuera a mi casa, pero ahora nos llevamos muy bien. Es un poco llorica y tiene la misma voz que Woody Allen cuando le doblan al castellano. Paco y yo jugamos todo el rato y a mi me encanta hacerle rabiar porque protesta mucho aunque se que en el fondo le gusta porque siempre vuelve a jugar más. Estamos casi todo el día juntos. La de abajo es Nata, es con la que menos trato tengo porque aunque está muy buena y tiene un pelo precioso es un poco antipática. La gusta mucho la leche y dormir en los sitios calentitos. A veces jugamos todos juntos a correr por el pasillo y nos hechamos unas risas con Nata porque con esas patitas peludas va derrapando por todos lados. Aquí os pongo unas fotos de mis compis:
Mis esclavos son un poco tontos, pero creo que con paciencia les podré educar. Para empezar tienen la manía de ponerse a leer cuando se van a la cama cuando todo el mundo sabe que en las camas hay que jugar por lo menos durante una hora. Al final hemos llegado a un acuerdo para que juguemos durante 10 minutos y luego ya se pongan a leer. Por cierto, que dormir en la cama con esclavos humanos mola mucho, os recomiendo que lo probéis. Nueve y Paco también duermen con los esclavos así que estamos un poco apretados, pero calentitos.
Otra cosa que no saben hacer estos esclavos son las camas, no se molestan en quitar las arrugas así que me tengo que encargar yo de meterme debajo del edredón a quitar las arrugas de las sábanas. A veces me quedo dormido debajo del edredón y cuando me despierto ya son las doce.
Mis esclavos me llaman oreja gurrimía. No tengo ni idea de porque, dicen que tengo una rajita en la oreja pero yo no me lo he visto. Por cierto, he descubierto otra cosa mágica: los espejos. Son como las ventanas pero con gatos al otro lado, y tambien tienen campos de fuerza porque si los intentas atravesar duele. Lo más curioso de los espejos es que si los intentas rodear para ver a los gatos que hay al otro lado nunca los encuentras.
Pues nada, os dejo con unas foto mías en mi nueva casa de acogida. No está mal, pero yo tengo ganas de tener una casa definitiva.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Tengo una casa de acogida temporal
Desde hace unos días vivo de nuevo en una casa con otros tres gatos y dos esclavos humanos. Yo creo que son pocos esclavos para tanto gato pero nos tendremos que apañar. En realidad a los otros gatos los he visto de refilón porque nada más llegar me han encerrado en una habitación, creo que no están muy bien educados estos esclavos.
La habitación no está mal, tengo mi arena, mi comida y mi agua, pero yo se que hay cosas que descubrir fuera, y por la ventana veo un patio donde los otros gatos juegan. Es curioso eso de las ventanas, tu puedes ver, pero no puedes pasar, ya me he llevado un par de galletas por intentar atravesar el campo de fuerza que deben tener las ventanas. Yo creo que están fabricadas de Kattonita como en la peli de Supercat y por eso no las puedo atravesar. Al tercer chichón he dejado de intentarlo.
Pues nada, aquí estoy encerrado, un par de veces al día me dan el rancho y cuatro caricias miserables. Y el resto del tiempo me lo paso durmiendo y olisqueando debajo de la puerta ¡¡¡ Yo quiero saber lo que hay fuera !!!. Al menos la comida que me dan está buena.
La habitación no está mal, tengo mi arena, mi comida y mi agua, pero yo se que hay cosas que descubrir fuera, y por la ventana veo un patio donde los otros gatos juegan. Es curioso eso de las ventanas, tu puedes ver, pero no puedes pasar, ya me he llevado un par de galletas por intentar atravesar el campo de fuerza que deben tener las ventanas. Yo creo que están fabricadas de Kattonita como en la peli de Supercat y por eso no las puedo atravesar. Al tercer chichón he dejado de intentarlo.
Pues nada, aquí estoy encerrado, un par de veces al día me dan el rancho y cuatro caricias miserables. Y el resto del tiempo me lo paso durmiendo y olisqueando debajo de la puerta ¡¡¡ Yo quiero saber lo que hay fuera !!!. Al menos la comida que me dan está buena.
martes, 10 de noviembre de 2009
De como un gato buscando un regalo acaba secuestrado (parte dos)
Como dicen en Lost: Previously on My Name Is Tico.
...Antes de que mi instinto felino pudiese reaccionar me encontré encerrado en una jaula de plástico demasiado pequeña para mi tamaño y cuando salí estaba en una de esas frías mesas de metal con tres o cuatro humanos de bata verde rodeándome...
Como os advertí antes lo que sigue no es apto para mentes impresionables. Estáis advertidos si seguís leyendo. Aquí podéis ver la cara que tenía, puede parecer que estaba tranquilo, pero estaba acojonaito:
Cuando me acuerdo de lo que me pasó cuando me llevaron a ese sitio todavía me pone los pelos del lomo de punta y me hincha el rabo. Me miraron la boca, las patas, me pincharon un chip, me picharon vacunas, me hicieron extraños test y cuando pensé que ya había pasado lo peor...
¡¡¡ Me cortaron lo huevos !!!
Me habían salido hace poco y justo cuando les estaba cogiendo cariño me despierto agilipollado en una mesa de operaciones y cuando me miro en la entrepierna veo horrorizado que me faltan mis nuevos amigos... lo dicho, no conviene fiarse de los humanos, a veces te traicionan.
Me tuvieron secuestrado dos días en el sitio de la gente con batas verdes. No me entendáis mal, me trataron estupendamente a cuerpo de rey, pero comprended que uno no duerme muy agusto en el mismo sitio donde unos humanos te han robado tus gónadas. A saber para que las querrán, no quiero ni imaginarlo.
Usando mis poderes gatunos mandé una señal de socorro y curiosamente apareció la chica de la tienda donde me secuestraron para sacarme de allí. Esta chica ahora es mi esclava de acogida, yo creo que es humana medio gata y por alguna extraña razón pudo recibir mis llamadas de socorro y venir a sacarme de allí. De vez en cuando vuelvo, pero ahora ya me tratan mejor y no me cortan nada.
Ahora vivo con otros gatos en la casa de mis esclavos humanos de acogida. Me dicen mis esclavos que estoy esperando a que alguien me adopte.
Pero la historia de lo que me encontré en esta casa os la contaré otro día.
...Antes de que mi instinto felino pudiese reaccionar me encontré encerrado en una jaula de plástico demasiado pequeña para mi tamaño y cuando salí estaba en una de esas frías mesas de metal con tres o cuatro humanos de bata verde rodeándome...
Como os advertí antes lo que sigue no es apto para mentes impresionables. Estáis advertidos si seguís leyendo. Aquí podéis ver la cara que tenía, puede parecer que estaba tranquilo, pero estaba acojonaito:
Cuando me acuerdo de lo que me pasó cuando me llevaron a ese sitio todavía me pone los pelos del lomo de punta y me hincha el rabo. Me miraron la boca, las patas, me pincharon un chip, me picharon vacunas, me hicieron extraños test y cuando pensé que ya había pasado lo peor...
¡¡¡ Me cortaron lo huevos !!!
Me habían salido hace poco y justo cuando les estaba cogiendo cariño me despierto agilipollado en una mesa de operaciones y cuando me miro en la entrepierna veo horrorizado que me faltan mis nuevos amigos... lo dicho, no conviene fiarse de los humanos, a veces te traicionan.
Me tuvieron secuestrado dos días en el sitio de la gente con batas verdes. No me entendáis mal, me trataron estupendamente a cuerpo de rey, pero comprended que uno no duerme muy agusto en el mismo sitio donde unos humanos te han robado tus gónadas. A saber para que las querrán, no quiero ni imaginarlo.
Usando mis poderes gatunos mandé una señal de socorro y curiosamente apareció la chica de la tienda donde me secuestraron para sacarme de allí. Esta chica ahora es mi esclava de acogida, yo creo que es humana medio gata y por alguna extraña razón pudo recibir mis llamadas de socorro y venir a sacarme de allí. De vez en cuando vuelvo, pero ahora ya me tratan mejor y no me cortan nada.
Ahora vivo con otros gatos en la casa de mis esclavos humanos de acogida. Me dicen mis esclavos que estoy esperando a que alguien me adopte.
Pero la historia de lo que me encontré en esta casa os la contaré otro día.
domingo, 1 de noviembre de 2009
De como un gato buscando un regalo acaba secuestrado
No me acuerdo muy bien por que pero antes vivía en la calle. Creo que debí estar antes en una casa o algo parecido porque me encuentro códomo viviendo con esclavos humanos, pero igual que el prota de la peli de Memento toda mi historia hasta que acabé en la calle está borrada de mi memoria. Debo de tener más o menos un año aunque tampoco es que esté seguro. En definitiva, soy un gato amnésico que vivía en la calle.
Un día estaba paseando tranquilamente por un soportal, y decidí comprar un regalo. Tenía un poco de hambre porque la mayoría de los McDonalds no admiten gatos callejeros por mucha Visa Oro que tengan, pero tenía que comprar un regalo para un cumpleaños al que me habían invitado así que como no se leer fuí entrando en todas las tiendas de la calle buscando una de regalos.
- ¿Teneís riñoneras de esas que se llevan ahora para gatos?
- La chica de esta tienda tampoco pareció entenderme, pero se acercó a mi y me empezó a toquetear la espalda y los mofletes. Los esclavos humanos deben de ser algo tontos porque les hablas y no te entienden, pero algunos saben hacer unas cosas con las manos que dan mucho gustillo.
-Que si tenéis riñoneras para gatos... purrrrrr
-Y nada, que la dependienta seguía con los masajitos, así que entre la mala memoria que me gasto y que estaba medio en trance con los toqueteos se me volvió a olvidar a qué había entrado a esa tienda.
Los esclavos humanos son complicados, no son muy de fiar, a veces, aunque los tengas amaestrados te traicionan y te entregan a unos seres vestidos de verde que te ponen en frías mesas metálicas y mientras te hablan como si fueses tonto te endiñan unos jeringazos de aupa. Por mucho que te hayas esforzado en educar a esos humanos de vez en cuando te la juegan y la humana de la tienda me la jugó incluso antes de que nos conociéramos. Lo que voy a contar ahora puede herir algunas sensibilidades así que si os impresionáis fácilmente es mejor que no sigáis leyendo:
Mientras estaba en la tienda, atontonao por las artimañas embaucadoras de esta traicionera humana, apareció uno de esas humanas de bata verde y jerigazos. Antes de que mi instinto felino pudiese reaccionar me encontré encerrado en una jaula de plástico demasiado pequeña para mi tamaño y cuando salí estaba en una de esas frías mesas de metal con tres o cuatro humanos de bata verde rodeándome.
Continuará...
Un día estaba paseando tranquilamente por un soportal, y decidí comprar un regalo. Tenía un poco de hambre porque la mayoría de los McDonalds no admiten gatos callejeros por mucha Visa Oro que tengan, pero tenía que comprar un regalo para un cumpleaños al que me habían invitado así que como no se leer fuí entrando en todas las tiendas de la calle buscando una de regalos.
- ¿Teneís riñoneras de esas que se llevan ahora para gatos?
- La chica de esta tienda tampoco pareció entenderme, pero se acercó a mi y me empezó a toquetear la espalda y los mofletes. Los esclavos humanos deben de ser algo tontos porque les hablas y no te entienden, pero algunos saben hacer unas cosas con las manos que dan mucho gustillo.
-Que si tenéis riñoneras para gatos... purrrrrr
-Y nada, que la dependienta seguía con los masajitos, así que entre la mala memoria que me gasto y que estaba medio en trance con los toqueteos se me volvió a olvidar a qué había entrado a esa tienda.
Los esclavos humanos son complicados, no son muy de fiar, a veces, aunque los tengas amaestrados te traicionan y te entregan a unos seres vestidos de verde que te ponen en frías mesas metálicas y mientras te hablan como si fueses tonto te endiñan unos jeringazos de aupa. Por mucho que te hayas esforzado en educar a esos humanos de vez en cuando te la juegan y la humana de la tienda me la jugó incluso antes de que nos conociéramos. Lo que voy a contar ahora puede herir algunas sensibilidades así que si os impresionáis fácilmente es mejor que no sigáis leyendo:
Mientras estaba en la tienda, atontonao por las artimañas embaucadoras de esta traicionera humana, apareció uno de esas humanas de bata verde y jerigazos. Antes de que mi instinto felino pudiese reaccionar me encontré encerrado en una jaula de plástico demasiado pequeña para mi tamaño y cuando salí estaba en una de esas frías mesas de metal con tres o cuatro humanos de bata verde rodeándome.
Continuará...
jueves, 15 de octubre de 2009
Me he abierto un blog
Hola. Soy Tico, un gato.
Mis esclavos humanos de acogida me han convencido para abrime un blog. Dicen que a lo mejor me hago tan famoso como el Gato de Simón. Me cuesta un poco escribir con estos dedos tan cortos, así que tengo un esclavo al que le voy dictando mis cosas. Cuando se porta bien le dejo dormir en la cama conmigo. Bueno, queda inaugurado el blog, en la siguiente entrada os cuento la historia de como he llegado a esta casa en la que vivo ahora.
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